Desde su hogar, este ingeniero argentino utiliza un telescopio hecho a medida para capturar espectaculares fotos de galaxias a millones de años luz. Su trabajo ha logrado reconocimiento internacional, evidenciando que no es necesario contar con equipamiento de millones de dólares para obtener imágenes impresionantes del universo.

Díaz Bobillo comenzó su fascinación por la astronomía a los 11 años, cuando su madre le compró su primer telescopio. Aunque se alejó de la astrofotografía durante sus estudios en el MIT y su carrera profesional en la industria y finanzas, siempre mantuvo un interés cercano en la observación del cielo. Su pasión revivió en la última década, llevando a la construcción de un pequeño observatorio en su jardín.

l ingeniero ha utilizado su telescopio personalizado, fabricado con cristales de alta calidad de Zeiss, para realizar capturas de alta nitidez y detalle. Su dedicación y constante mejora en la técnica le permitieron compartir sus composiciones en foros internacionales y establecer una reputación sólida en la comunidad global de astrofotógrafos.

Hoy en día, Díaz Bobillo no solo captura imágenes del espacio, sino que también mantiene un museo de cámaras en su hogar, donde atesora la historia de la astrofotografía. Su trabajo es un testimonio del poder de la pasión y el conocimiento para alcanzar el reconocimiento global, demostrando que desde el patio de una casa en Tigre se puede llegar a los rincones más lejanos del universo.